Durante los últimos años del siglo pasado, la Diputación Provincial de Zaragoza eligió parte de los terrenos rurales de la partida del Terminillo para ubicar con posterioridad el psiquiátrico de la ciudad.
De esta forma, en 1878, se inició la construcción de seis pabellones en el interior de una extensa finca ajardinada, que superaba los ciento sesenta y dos mil metros cuadrados.

Después de setenta años de funcionamiento, la titularidad del psiquiátrico pasó a manos del Gobierno aragonés, que se encargó desde 1985 del tratamiento a este tipo de enfermos.
Desde entonces, los vecinos del barrio de Delicias intentaron conseguir que los enfermos sean trasladados a otro lugar, de modo que los terrenos se convirtieran en un parque para los vecinos.
Retrocediendo en el tiempo algunos años, podemos comprobar que la intención de hacer del psiquiátrico un gran espacio verde para uso y disfrute público no es nueva, ni mucho menos.
En el Plan General de 1968, se considera que cada área del barrio debe disponer de equipamientos propios.
Según este Plan, en el área suroeste, el centro cívico y las zonas verdes se localizan en los terrenos del sanatorio.
Sin embargo, los planes quedaron paralizados al tiempo que se edificó más, puesto que algunos terrenos habían sido calificados como urbanizables, para compensar la denominación de verde.
Finales del siglo XX
Años después, en abril de 1986, se aprobó el Plan General de Ordenación Urbana, en el cual los terrenos del sanatorio psiquiátrico quedaban reservados para zonas verdes, equipamientos del barrio y algunas instalaciones psiquiátricas, lo que coincidía con la opinión de la Asociación de Vecinos.
Sin embargo, en mayo de ese mismo año, se aprobó una alegación del Gobierno aragonés y se dio luz verde a la construcción de mil trescientas cuarenta y siete viviendas.
Como reacción a estos hechos, los vecinos del barrio de Delicias decidieron salir a la calle para reclamar su derecho a un parque.
El 14 de noviembre de 1986, se manifestaron y Ayuntamiento y Gobierno aragonés negociaron un ajuste, y las viviendas quedaron fijadas en seiscientas.
Dos años después, los vecinos, apoyados por el Justicia de Aragón, decidieron volver a manifestarse para solicitar la retirada de los planes de construcción de las seiscientas viviendas.
Por fin, en 1989, la Asociación de Vecinos decide crear una coordinadora que, una vez puesta en marcha encargó la redacción de un proyecto alternativo.
Proyecto
Este proyecto pasó por el cumplimiento de una serie de objetivos. Los habitantes de Delicias afirmaban que no querían sólo jardines, sino un espacio cívico que aglutinase las grandes carencias de la zona: espacios verdes, equipamientos y servicios.
Este proyecto incluyó zonas ajardinadas con abundante profusión de agua, así como distintas instalaciones deportivas diseminadas por todo el recinto. Se contemplaron también zonas especiales para los más pequeños, a modo de explanadas, y juegos con aparatos y espacios característicos para la tercera edad, que propicien el juego la tertulia y el descanso.
El trabajo elaborado recibió el segundo premio en el concurso libre presentado para la realización del parque de las Delicias.
Actualidad
Finalmente, el proyecto fue aprobado, realizándose las obras del Parque de las Delicias.
Según el proyecto, los enfermos fueron instalados en dos pabellones preparados al efecto. De los cuatro restantes, uno pasó a ser ocupado por el Gobierno aragonés y un segundo por la Asociación de Enfermos Mentales.
Los dos últimos se han destinado para albergar distintos servicios del barrio de Delicias, junto con el terreno que se convirtió en un gran parque.